Te presento mi consentida y la más coqueta de todas: la Salsa Picante con Miel, una receta casera, sin conservadores y con su toquecito gourmet, hecha para los corazones dulces que no le temen al sabor… pero prefieren que el picante venga con cariñito.
Es una salsa agridulce, con el equilibrio perfecto entre el fuego travieso del chile y la dulzura tierna de la miel. Por eso es la favorita de los jóvenes y de todos los que botanéan con gusto, pero sin lágrimas. Queda de maravilla con papitas, mariscos, alitas, elotitos, quesitos y hasta en esas tardes donde lo único que se antoja… es algo sabrosón.
Pícara, juguetona y apapachadora. Una cucharadita y verás por qué esta salsita se roba corazones.






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